Carta a un amigo: La vida no se acaba ahí

Esto lo escribo entre el furor de unas cuantas copas vacías y la intención de llegar al corazón quebrantado de algún amigo en soledad.

Amigo del Alma,

Déjame decirte que entre tantos años y el ajoro cotidiano nunca te digo cuanto te amo. Quiero que sepas que apesar de la distancia sigues estando en mi memoria y te llevo en mi corazón como un amuleto de la buena suerte. 

Sé que estás triste y que tu corazón ha sido destrozado por la violenta belleza infernal de alguien mucho más joven con curiosidad. Sé que entregaste tus ilusiones y tu corazón a la persona equivocada y ahora pagas el precio. No sufras más y no llores por el amor que un día decidió marcharse. Más bien retoma tu vida en el escalón donde la detuviste y continua a paso lento pero firme una ardua caminata. Recuerda, no estás solo.

Es que si te cuento, entiendo tu dolor; veo tus noches de duelo y nostalgia entre mis sueños y experiencia intrínseca. Estoy muy lejos, mi hombro no puede ser tu pañuelo y una bofetada no llega por teléfono (aún si lo intentara). 

La belleza no lo es todo... caras vemos y corazones no sabemos. Despedirse del pasado causa dolor y negación, sin embargo, es la única manera en que podrás avanzar en el presente para construir un futuro vehemente.

Amigo, no sufras más.  Algunas personas llegan por temporadas, para que encontremos algún motivo por el cual seguir viviendo. Cuando llega el momento de verlos marchar, tenemos que ser fuertes y seguir en pie de lucha. No te rindas. Muy pronto alguien llegará a tu vida que te enseñará lo que es amor de verdad... Amor del bueno. De ese que compartimos los mejores silencios, las más voraces pasiones y los más intimos sueños.