17 December 2007
Me haces falta en el silencio de la noche;en el sollozo de la frialdad.
Remplazar tu inexistente presencia
me guía al desconsuelo y al reproche.
Perfecto sentimiento inmundo.
Sé que no eres mío y jamás lo serás…
No te tendré; ya no creo en un justo mundo,
mi piel te extraña, mi alma te extraña aún más.
Ni un ápice de consuelo recibiré,
merezco condena, castigo… No merezco piedad.
Soy tan culpable como el mismo Luzbel
soy parte del pecado y la exquisita maldad.
Aún así, no me detengo.
Necesito más. Un poco más.
Sí, más de ti. De tu hermosa personalidad.
Un poco más. Estoy adicta a tu coqueto recelo.
Entrecruzándose la realidad con un latente “no debo”,
que carcome mi mente y se hace eco en el vil silencio.
No eres mío, ya lo sé; ya lo entiendo.
Mas no basta la falsa sanidad síquica, no basta la razón…
En mis delirios te sueño, en mis días te pienso con pasión.
Como vicio absurdo te siento cerca…
Susurras a mi oído odas perversas, exquisitas:
“Bésame ahora, hazme tuyo cuando quieras.”
Es por tu piel que se retuerce mi espíritu,
Es por tu espíritu que mi alma se estremece.
Es por tu alma que mi mente pierde ímpetu,
mas es por ti que mis ansias se enfurecen.
Ansias de tener cerca,
de contarte todo aquello que me hace explotar.
Que lapides mis amarguras en un ósculo ligero.
Que la topografía de mi cuerpo te dediques a explorar.
Extraño tu risa o tu estrepitoso cantar,
extraño el tiempo que no he compartido junto a ti;
mas si fuese cierto que tras el viento nos podemos hablar,
el mismo céfiro será manifiesto de la lujuria que habita en mi.
***
Como casi todos tus poemas, éste es uno muy personal...y la forma en que escribes conlleva una mágia exquisita....por algo eres una de mis favorita!!....