26 February 2008
Algún día, al despertar, tu nombre ya no rondará mi mente.
No habrá festejos por los ruidos de tu voz.
Algún día, al acostarme, no extrañaré el calor de tu compañía.
No habrá desvelos en madrugada, se culminará esta agonía.
La obsesión morirá.
El ruido será más fuerte,
tanto que mitigará cada palabra tuya.
Entonces, en ese instante, el tiempo se burlará ante tu muerte.
Cuando en mi memoria tu rostro ya no se registre,
tu olor sea ya extinto
y el recuerdo de tu piel me azote en fugaz despiste;
será entonces, el sublime encuentro con alguien distinto.
Hablaré de todo y en ese todo ya no estarás.
Mis ojos verán el futuro (sin ti) con mayor claridad.
Mi piel ya no rogará unos minutos a tu lado,
mucho menos pensaré en el tibio roce de tus labios.
Fuera de la realidad, lo que pasó ya no existe,
sino en mi memoria.
Temo perderla.
Temo no recordar.
Al menor de mis descuidos, estoy segura
que sucederá lo más temido.
El tiempo con sagaz violencia
me arrebatará cada momento que viví contigo.
Cuando el viento oxide tu silueta,
la luna entreteja nuevas ilusiones
y al atardecer, a tu nave en alta mar diga adiós: me despida...
Sabré que mi miedo se habrá realizado.
Ya para ese entonces, no temeré haberte olvidado.
Sin embargo, en lo que llega ese momento,
disfrutaré mi temor soñando que aún te tengo
y que mis labios, en lujurioso morbo, disfrutan al besarte.
Pues, aunque hoy ya no seas mío, temo olvidarte.
No habrá festejos por los ruidos de tu voz.
Algún día, al acostarme, no extrañaré el calor de tu compañía.
No habrá desvelos en madrugada, se culminará esta agonía.
La obsesión morirá.
El ruido será más fuerte,
tanto que mitigará cada palabra tuya.
Entonces, en ese instante, el tiempo se burlará ante tu muerte.
Cuando en mi memoria tu rostro ya no se registre,
tu olor sea ya extinto
y el recuerdo de tu piel me azote en fugaz despiste;
será entonces, el sublime encuentro con alguien distinto.
Hablaré de todo y en ese todo ya no estarás.
Mis ojos verán el futuro (sin ti) con mayor claridad.
Mi piel ya no rogará unos minutos a tu lado,
mucho menos pensaré en el tibio roce de tus labios.
Fuera de la realidad, lo que pasó ya no existe,
sino en mi memoria.
Temo perderla.
Temo no recordar.
Al menor de mis descuidos, estoy segura
que sucederá lo más temido.
El tiempo con sagaz violencia
me arrebatará cada momento que viví contigo.
Cuando el viento oxide tu silueta,
la luna entreteja nuevas ilusiones
y al atardecer, a tu nave en alta mar diga adiós: me despida...
Sabré que mi miedo se habrá realizado.
Ya para ese entonces, no temeré haberte olvidado.
Sin embargo, en lo que llega ese momento,
disfrutaré mi temor soñando que aún te tengo
y que mis labios, en lujurioso morbo, disfrutan al besarte.
Pues, aunque hoy ya no seas mío, temo olvidarte.
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Oooootrooo..para Kiary!
..muy original el debate entre los recuerdos y el olvido!....me encantó!
Brocco